El bicarbonato de sodio es una sal que puede ser muy útil para tratar la gingivitis en los casos en que ésta se debe a una irritación simple, como puede ser hacerse daño comiendo.
Esta sal nos ayuda a tratar la gingivitis gracias a que neutraliza los ácidos de la boca formados tras la degradación de compuestos orgánicos que proceden de alimentos y bacterias. Ayuda a reducir la inflamación de las encías y mejora su condición.
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Es muy sencillo utilizar este método. Debemos hacer una mezcla de agua oxigenada y bicarbonato de sodio a partes iguales. Así se formará una pasta con la que vamos a cepillar bien la boca de forma suave, especialmente alrededor de la línea de las encías. Dejamos esta pasta un par de minutos para permitir que actúe y luego enjuagamos la boca con agua varias veces.
El bicarbonato de sodio no solo lava la placa dental, si no que también desodoriza y pule los dientes.
Utilizando este remedio unas tres veces por semana notaremos como nuestra inflamación en las encías va reduciéndose.
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